11 Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad.
12 Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.
13 Teniendo a Dios por testigo, el cual da vida a todas las cosas, y a Cristo Jesús, que dio su admirable testimonio delante de Poncio Pilato, te encargo
14 que guardes este mandato sin mancha ni reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo,
15 la cual Dios a su debido tiempo hará que se cumpla.Al único y bendito Soberano,Rey de reyes y Señor de señores,
16 al único inmortal,que vive en luz inaccesible,a quien nadie ha visto ni puede ver,a él sea el honor y el poder eternamente. Amén.
17 A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.