3 Acuérdense de los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren.
4 Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.
5 Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho:«Nunca te dejaré;jamás te abandonaré.»
6 Así que podemos decir con toda confianza:«El Señor es quien me ayuda; no temeré.¿Qué me puede hacer un simple mortal?»
7 Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron la palabra de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida, e imiten su fe.
8 Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.
9 No se dejen llevar por ninguna clase de enseñanzas extrañas. Conviene que el corazón sea fortalecido por la gracia, y no por alimentos rituales que de nada aprovechan a quienes los comen.