10 Por eso me enojé con aquella generación,y dije: “Siempre se descarría su corazón,y no han reconocido mis caminos.”
11 Así que, en mi enojo, hice este juramento:“Jamás entrarán en mi reposo.”»
12 Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo.
13 Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado.
14 Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.
15 Como se acaba de decir:«Si ustedes oyen hoy su voz,no endurezcan el corazóncomo sucedió en la rebelión.»
16 Ahora bien, ¿quiénes fueron los que oyeron y se rebelaron? ¿No fueron acaso todos los que salieron de Egipto guiados por Moisés?