16 En el caso de un testamento, es necesario constatar la muerte del testador,
17 pues un testamento sólo adquiere validez cuando el testador muere, y no entra en vigor mientras vive.
18 De ahí que ni siquiera el primer pacto se haya establecido sin sangre.
19 Después de promulgar todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, Moisés tomó la sangre de los becerros junto con agua, lana escarlata y ramas de hisopo, y roció el libro de la ley y a todo el pueblo,
20 diciendo: «Ésta es la sangre del pacto que Dios ha mandado que ustedes cumplan.»
21 De la misma manera roció con la sangre el tabernáculo y todos los objetos que se usaban en el culto.
22 De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.