14 »Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí,
15 así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas.
16 Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
17 Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla.
18 Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Éste es el mandamiento que recibí de mi Padre.»
19 De nuevo las palabras de Jesús fueron motivo de disensión entre los judíos.
20 Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?»