47 —¿Así que también ustedes se han dejado engañar? —replicaron los fariseos—.
48 ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos?
49 ¡No! Pero esta gente, que no sabe nada de la ley, está bajo maldición.
50 Nicodemo, que era uno de ellos y que antes había ido a ver a Jesús, les interpeló:
51 —¿Acaso nuestra ley condena a un hombre sin antes escucharlo y averiguar lo que hace?
52 —¿No eres tú también de Galilea? —protestaron—. Investiga y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta.
53 Entonces todos se fueron a casa.