44 Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio éste ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!
45 Y sin embargo a mí, que les digo la verdad, no me creen.
46 ¿Quién de ustedes me puede probar que soy culpable de pecado? Si digo la verdad, ¿por qué no me creen?
47 El que es de Dios escucha lo que Dios dice. Pero ustedes no escuchan, porque no son de Dios.
48 —¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano, y que estás endemoniado? —replicaron los judíos.
49 —No estoy poseído por ningún demonio —contestó Jesús—. Tan sólo honro a mi Padre; pero ustedes me deshonran a mí.
50 Yo no busco mi propia gloria; pero hay uno que la busca, y él es el juez.