1 A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.
2 Y sus discípulos le preguntaron:—Rabí, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres?
3 —Ni él pecó, ni sus padres —respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.
4 Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar.