2 Y sus discípulos le preguntaron:—Rabí, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó, él o sus padres?
3 —Ni él pecó, ni sus padres —respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.
4 Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar.
5 Mientras esté yo en el mundo, luz soy del mundo.
6 Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego, diciéndole:
7 —Ve y lávate en el estanque de Siloé (que significa: Enviado).El ciego fue y se lavó, y al volver ya veía.
8 Sus vecinos y los que lo habían visto pedir limosna decían: «¿No es éste el que se sienta a mendigar?»