21 »Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios.
22 Luego dijo Jesús a sus discípulos:—Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán.
23 La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa.
24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!
25 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?
26 Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás?
27 »Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.