22 Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
23 Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete.
24 Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta.
25 »Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile.
26 Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba.
27 “Ha llegado tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.”
28 Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera.