31 Y si alguien les pregunta: “¿Por qué lo desatan?”, díganle: “El Señor lo necesita.”»
32 Fueron y lo encontraron tal como él les había dicho.
33 Cuando estaban desatando el burrito, los dueños les preguntaron:—¿Por qué desatan el burrito?
34 —El Señor lo necesita —contestaron.
35 Se lo llevaron, pues, a Jesús. Luego pusieron sus mantos encima del burrito y ayudaron a Jesús a montarse.
36 A medida que avanzaba, la gente tendía sus mantos sobre el camino.
37 Al acercarse él a la bajada del monte de los Olivos, todos los discípulos se entusiasmaron y comenzaron a alabar a Dios por tantos milagros que habían visto. Gritaban: