1 Jesús se detuvo a observar y vio a los ricos que echaban sus ofrendas en las alcancías del templo.
2 También vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas de cobre.
3 —Les aseguro —dijo— que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás.
4 Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento.
5 Algunos de sus discípulos comentaban acerca del templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y con ofrendas dedicadas a Dios. Pero Jesús dijo:
6 —En cuanto a todo esto que ven ustedes, llegará el día en que no quedará piedra sobre piedra; todo será derribado.