2 Y comenzaron la acusación con estas palabras:—Hemos descubierto a este hombre agitando a nuestra nación. Se opone al pago de impuestos al emperador y afirma que él es el Cristo, un rey.
3 Así que Pilato le preguntó a Jesús:—¿Eres tú el rey de los judíos?—Tú mismo lo dices —respondió.
4 Entonces Pilato declaró a los jefes de los sacerdotes y a la multitud:—No encuentro que este hombre sea culpable de nada.
5 Pero ellos insistían:—Con sus enseñanzas agita al pueblo por toda Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí.
6 Al oír esto, Pilato preguntó si el hombre era galileo.
7 Cuando se enteró de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo mandó a él, ya que en aquellos días también Herodes estaba en Jerusalén.
8 Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento; hacía tiempo que quería verlo por lo que oía acerca de él, y esperaba presenciar algún milagro que hiciera Jesús.