30 —Te aseguro —le contestó Jesús— que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, me negarás tres veces.
31 —Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro con vehemencia—, jamás te negaré.Y los demás dijeron lo mismo.
32 Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí mientras yo oro.»
33 Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza.
34 «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y vigilen.»
35 Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora.
36 Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»