26 Un letrero tenía escrita la causa de su condena: El Rey de los judíos.»
27 Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
29 Los que pasaban meneaban la cabeza y blasfemaban contra él.—¡Eh! Tú que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes —decían—,
30 ¡baja de la cruz y sálvate a ti mismo!
31 De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes junto con los maestros de la ley.—Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo!
32 Que baje ahora de la cruz ese Cristo, el rey de Israel, para que veamos y creamos.También lo insultaban los que estaban crucificados con él.
33 Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad.