30 ¡baja de la cruz y sálvate a ti mismo!
31 De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes junto con los maestros de la ley.—Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo!
32 Que baje ahora de la cruz ese Cristo, el rey de Israel, para que veamos y creamos.También lo insultaban los que estaban crucificados con él.
33 Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad.
34 A las tres de la tarde Jesús gritó a voz en cuello:; Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).
35 Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban cerca dijeron:—Escuchen, está llamando a Elías.
36 Un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera.—Déjenlo, a ver si viene Elías a bajarlo —dijo.