18 Conociendo sus malas intenciones, Jesús replicó:—¡Hipócritas! ¿Por qué me tienden trampas?
19 Muéstrenme la moneda para el impuesto.Y se la enseñaron.
20 —¿De quién son esta imagen y esta inscripción? —les preguntó.
21 —Del césar —respondieron.—Entonces denle al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.
22 Al oír esto, se quedaron asombrados. Así que lo dejaron y se fueron.
23 Ese mismo día los saduceos, que decían que no hay resurrección, se le acercaron y le plantearon un problema:
24 —Maestro, Moisés nos enseñó que si un hombre muere sin tener hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia.