29 Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y en la mano derecha le pusieron una caña. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo:—¡Salve, rey de los judíos!
30 Y le escupían, y con la caña le golpeaban la cabeza.
31 Después de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.
32 Al salir encontraron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón, y lo obligaron a llevar la cruz.
33 Llegaron a un lugar llamado Gólgota (que significa «Lugar de la Calavera»).
34 Allí le dieron a Jesús vino mezclado con hiel; pero después de probarlo, se negó a beberlo.
35 Lo crucificaron y repartieron su ropa echando suertes.