18 El que de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por sus semejantes.
19 Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación.
20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todo alimento es puro; lo malo es hacer tropezar a otros por lo que uno come.
21 Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga caer a tu hermano.
22 Así que la convicción que tengas tú al respecto, manténla como algo entre Dios y tú. Dichoso aquel a quien su conciencia no lo acusa por lo que hace.
23 Pero el que tiene dudas en cuanto a lo que come, se condena; porque no lo hace por convicción. Y todo lo que no se hace por convicción es pecado.