7 Tampoco por ser descendientes de Abraham son todos hijos suyos. Al contrario: «Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac.»
8 En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientes naturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la promesa.
9 Y la promesa es ésta: «Dentro de un año vendré, y para entonces Sara tendrá un hijo.»
10 No sólo eso. También sucedió que los hijos de Rebeca tuvieron un mismo padre, que fue nuestro antepasado Isaac.
11 Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran, o hicieran algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina,
12 no en base a las obras sino al llamado de Dios, se le dijo a ella: «El mayor servirá al menor.»
13 Y así está escrito: «Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú.»