30 ¿Cuánto más si el pueblo hubiera hoy comido del botín que encontró de sus enemigos? ¿No se habría hecho ahora mayor estrago entre los filisteos?
31 E hirieron aquel día a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón, pero el pueblo se cansó mucho.
32 Se lanzó, por tanto, el pueblo sobre el botín, y tomaron ovejas y vacas y becerros, y los degollaron en el suelo; y el pueblo los comió con la sangre.
33 Y le avisaron a Saúl, diciéndole: El pueblo peca contra Jehová, comiendo la carne con la sangre. Y él dijo: Vosotros habéis transgredido; rodadme ahora acá una piedra grande.
34 Y Saúl dijo: Esparcíos por el pueblo y decidles que me traiga cada uno su buey y cada cual su oveja; y degolladlos aquí y comed, y no pequéis contra Jehová comiendo la carne con la sangre. Y trajo todo el pueblo, cada cual por su mano, su buey aquella noche y los degollaron allí.
35 Y edificó Saúl un altar a Jehová, el cual fue el primero que edificó a Jehová.
36 Y dijo Saúl: Descendamos de noche contra los filisteos y los saquearemos hasta la mañana; y no dejaremos de ellos ninguno. Y ellos dijeron: Haz lo que bien te parezca. Dijo luego el sacerdote: Acerquémonos aquí a Dios.