17 Entonces dijo el rey a la gente de su guardia que estaba alrededor de él: Volveos y matad a los sacerdotes de Jehová, porque también la mano de ellos está con David, pues sabiendo ellos que huía, no me lo descubrieron. Pero los siervos del rey no quisieron extender sus manos para matar a los sacerdotes de Jehová.
18 Entonces dijo el rey a Doeg: Vuélvete y arremete contra los sacerdotes. Y se volvió Doeg, el edomita, y arremetió contra los sacerdotes y mató en aquel día a ochenta y cinco hombres que vestían efod de lino.
19 Y a Nob, ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de espada, tanto a hombres como a mujeres, a niños y a niños de pecho, bueyes y asnos y ovejas, todo a filo de espada.
20 Pero uno de los hijos de Ahimelec hijo de Ahitob, que se llamaba Abiatar, escapó y huyó tras David.
21 Y Abiatar contó a David cómo Saúl había matado a los sacerdotes de Jehová.
22 Y le dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg, el edomita, ciertamente se lo había de hacer saber a Saúl. Yo he ocasionado la muerte a todas las personas de la casa de tu padre.
23 Quédate conmigo; no temas. Quien busque mi vida buscará también la tuya, pero conmigo estarás a salvo.