63 Y el gobernador les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim.
64 Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,
65 sin contar sus siervos y sus siervas, los cuales eran siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras.
66 Sus caballos eran setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco;
67 sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; sus asnos, seis mil setecientos veinte.
68 Y algunos de los jefes de las casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en Jerusalén, ofrecieron voluntariamente para la casa de Dios, para reedificarla en su sitio.
69 Según sus posibilidades, dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, y cinco mil libras de plata y cien túnicas sacerdotales.