Esdras 9:2-8 RVR1909

2 Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los oficiales y de los gobernadores ha sido la primera en cometer esta infidelidad.

3 Y cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y me arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito.

4 Y se reunieron en torno a mí todos los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel, a causa de la infidelidad de los del cautiverio; mas yo estuve sentado atónito hasta la ofrenda de la tarde.

5 Y a la hora de la ofrenda de la tarde, me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas y extendí mis manos a Jehová mi Dios,

6 y dije: Oh Dios mío, avergonzado y humillado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro hacia ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestra culpa ha crecido hasta los cielos.

7 Desde los días de nuestros padres hasta el día de hoy hemos estado bajo gran culpa; y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados en manos de los reyes de las tierras, a la espada, al cautiverio, y al robo y a la vergüenza que cubre nuestro rostro, como hoy día.

8 Y ahora, por un breve momento, ha habido misericordia de parte de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre y para darnos una estaca en su lugar santo, a fin de alumbrar nuestro Dios nuestros ojos y darnos un poco de vida en medio de nuestra servidumbre.