24 Porque Amán hijo de Hamedata, el agagueo, enemigo de todos los judíos, había ideado un plan contra los judíos para destruirlos y había echado pur, que quiere decir suerte, para afligirlos y acabar con ellos.
25 Pero cuando Ester fue ante el rey, éste ordenó por carta que el perverso plan que aquél tramó contra los judíos recayera sobre su cabeza y que los colgaran a él y a sus hijos en la horca.
26 Por esto llamaron a estos días Purim, del nombre pur. Debido a todas las palabras de esta carta, y a lo que ellos vieron sobre este asunto, y a lo que llegó a su conocimiento,
27 los judíos establecieron y tomaron sobre sí, y sobre su descendencia y sobre todos sus aliados, que sin falta celebrarían estos dos días según lo escrito tocante a ellos y conforme a su tiempo cada año.
28 Y que estos días serían recordados y celebrados por todas las generaciones, por cada familia, por cada provincia y por cada ciudad. Y que estos días de Purim no dejarían de celebrarse de entre los judíos, y que el recuerdo de ellos no cesaría entre su descendencia.
29 Y la reina Ester hija de Abihail y el judío Mardoqueo, escribieron con toda autoridad para confirmar esta segunda carta de Purim.
30 Y envió Mardoqueo cartas a todos los judíos, a las ciento veintisiete provincias del rey Asuero, con palabras de paz y de verdad,