10 El campo fue destruido; está de duelo la tierra, porque el trigo fue destruido, se secó el mosto, y se agotó el aceite.
11 Avergonzaos, labradores; aullad, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo.
12 Se secó la vid y pereció la higuera; el granado, y también la palmera y el manzano; se secaron todos los árboles del campo, por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.
13 Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitadas son de la casa de vuestro Dios la ofrenda de grano y la libación.
14 Consagrad un ayuno; convocad una asamblea solemne. Congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.
15 ¡Ay del día!, porque cercano está el día de Jehová; y vendrá como destrucción de parte del Todopoderoso.
16 ¿No ha sido quitado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios?