24 Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y su voz obedeceremos.
25 Entonces Josué hizo convenio con el pueblo aquel mismo día, y les dio estatutos y decretos en Siquem.
26 Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la colocó allí debajo de una encina que estaba junto al santuario de Jehová.
27 Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra servirá de testigo contra nosotros, porque ha oído todas las palabras de Jehová que él ha hablado con nosotros; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios.
28 Y aconteció que envió Josué al pueblo, cada uno a su heredad.
29 Y después de estas cosas murió Josué, hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.
30 Y lo sepultaron en el territorio de su heredad en Timnat-sera, que está en los montes de Efraín, al norte del monte Gaas.