25 Y los hijos de Dan le dijeron: No des voces tras nosotros, no sea que los de ánimo colérico os acometan, y pierdas también tu vida y la vida de los tuyos.
26 Y los hijos de Dan prosiguieron su camino; y viendo Micaía que eran más fuertes que él, se volvió y regresó a su casa.
27 Y ellos, llevándose las cosas que había hecho Micaía, juntamente con el sacerdote que tenía, llegaron a Lais, al pueblo confiado y seguro; y los hirieron a filo de espada y quemaron la ciudad con fuego.
28 Y no hubo quien los defendiese, porque estaban lejos de Sidón y no tenían comercio con nadie. Y la ciudad estaba en el valle que hay junto a Bet-rehob. Luego reedificaron la ciudad y habitaron en ella.
29 Y llamaron el nombre de aquella ciudad Dan, conforme al nombre de su padre Dan, hijo de Israel, aunque antes la ciudad se llamaba Lais.
30 Y los hijos de Dan levantaron para sí la imagen tallada; y Jonatán hijo de Gersón, hijo de Manasés, él y sus hijos fueron sacerdotes en la tribu de Dan hasta el día del cautiverio de la tierra.
31 Y mantuvieron levantada la imagen que Micaía había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.