18 Pero nosotros no les podemos dar esposas de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado, diciendo: Maldito el que diere esposa a Benjamín.
19 Ahora bien, dijeron, he aquí, cada año hay una fiesta solemne de Jehová en Silo, que está al norte de Bet-el y al lado oriental del camino que sube de Bet-el a Siquem, y al sur de Lebona.
20 Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo: Id y poned emboscadas en las viñas,
21 y estad atentos. Y cuando veáis salir a las hijas de Silo a bailar en círculos, salid vosotros de las viñas, y arrebate cada uno esposa para sí de las hijas de Silo, y os iréis a tierra de Benjamín.
22 Y cuando vengan los padres de ellas o sus hermanos a demandárnoslas, nosotros les diremos: Hacednos la merced de concedérnoslas, pues nosotros en la guerra no tomamos esposas para todos. Ya que vosotros no se las habéis dado, ahora no sois culpables.
23 Y los hijos de Benjamín lo hicieron así y tomaron esposas conforme a su número, raptándolas de entre las que danzaban; y se fueron, y regresaron a su heredad, y reedificaron las ciudades y habitaron en ellas.
24 Entonces los hijos de Israel se fueron también de allí, cada uno a su tribu y a su familia, saliendo de allí cada uno a su heredad.