21 Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: Levántate y mátanos tú, porque como es el hombre, así es su valentía. Y Gedeón se levantó y mató a Zeba y a Zalmuna, y tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello.
22 Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo y tu nieto, porque nos has librado de manos de Madián.
23 Y Gedeón respondió: Yo no os gobernaré a vosotros, ni tampoco os gobernará mi hijo. Jehová os gobernará.
24 Y les dijo Gedeón: Deseo haceros una petición: que cada uno me dé los zarcillos de su botín (pues, traían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas).
25 Y ellos respondieron: De buena gana los daremos. Y tendieron un manto, y cada uno de ellos echó allí los zarcillos de su botín.
26 Y fue el peso de los zarcillos de oro que él pidió, mil setecientos siclos de oro, sin contar las planchas, ni los joyeles ni los vestidos de púrpura que traían los reyes de Madián, y sin contar los collares que traían sus camellos al cuello.
27 Y Gedeón hizo con eso un efod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ofra; y todo Israel se prostituyó tras ese efod en aquel lugar, y fue tropiezo para Gedeón y para su casa.