38 Y el segundo coro iba del lado opuesto, y yo detrás de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho,
39 y desde la puerta de Efraín hasta la puerta Vieja, y a la puerta del Pescado, y la torre de Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de las Ovejas; y se detuvieron en la puerta de la Guardia.
40 Después se detuvieron los dos coros en la casa de Dios; yo y la mitad de los oficiales conmigo;
41 y los sacerdotes, Eliaquim, Maaseías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías, con trompetas;
42 y Maaseías, y Semaías, y Eleazar, y Uzi, y Johanán, y Malquías, y Elam y Ezer. Y los cantores cantaban en alta voz, e Izrahías era el encargado.
43 Y ofrecieron aquel día grandes sacrificios y se regocijaron, porque Dios les había dado gran alegría. Se alegraron también las mujeres y los niños, y el alborozo de Jerusalén se oía desde lejos.
44 Y en aquel día fueron puestos hombres sobre los depósitos de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para juntar en ellos, de los campos de las ciudades las porciones dispuestas por la ley para los sacerdotes y los levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y a los levitas que servían.