17 Y contendí con los nobles de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es ésta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo?
18 ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo.
19 Y sucedió que, cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén, antes del día de reposo, mandé que se cerrasen las puertas y ordené que no las abriesen hasta después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de reposo no entrase ninguna carga.
20 Y se quedaron fuera de Jerusalén una o dos veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía.
21 Y los amonesté y les dije: ¿Por qué pasáis la noche delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en día de reposo.
22 Y dije a los levitas que se purificasen y fuesen a guardar las puertas, para santificar el día de reposo. También por esto acuérdate de mí, oh Dios mío, y ten piedad de mí según la abundancia de tu misericordia.
23 Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado esposas asdoditas, amonitas y moabitas;