2 ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.
3 Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
4 Y cuando él se acueste, observa tú el lugar donde él se acuesta, e irás, y descubrirás sus pies y te acostarás allí; y él te dirá lo que debas hacer.
5 Y le respondió: Haré todo lo que tú me mandes.
6 Descendió, pues, a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
7 Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.
8 Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre y se volvió; y he aquí que una mujer estaba acostada a sus pies.