1 Y Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, tú, ven acá y siéntate. Y él fue y se sentó.
2 Entonces él tomó a diez hombres de los ancianos de la ciudad y les dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.
3 Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec.
4 Y yo decidí hacértelo saber y decirte que la compres, delante de los que están aquí sentados y delante de los ancianos de mi pueblo. Si quieres redimirla, redímela; y si no quieres redimirla, decláramelo para que yo lo sepa, porque no hay otro que la redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo la redimiré.
5 Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, has de tomar también a Rut la moabita, esposa del difunto, para que conserves el nombre del muerto sobre su posesión.
6 Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que perjudique mi heredad. Redime tú usando de mi derecho, porque yo no podré redimirla.