8 Yo he oído las afrentas de Moab y los denuestos de los hijos de Amón con que deshonraron a mi pueblo, y se engrandecieron sobre su territorio.
9 Por tanto, vivo yo, dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra: serán un campo de ortigas, y una mina de sal y desolación perpetua; el remanente de mi pueblo los saqueará, y el resto de mi nación los heredará.
10 Esto les vendrá por su soberbia, porque afrentaron al pueblo de Jehová de los ejércitos y se engrandecieron contra él.
11 Terrible será Jehová con ellos, porque hará venir a menos a todos los dioses de la tierra; y cada uno desde su lugar se inclinará ante él en todas las costas de las naciones.
12 También vosotros, los de Etiopía, seréis muertos con mi espada.
13 Y extenderá su mano contra el norte y destruirá a Asiria; y convertirá a Nínive en desolación y en sequedal, como un desierto.
14 Y rebaños se echarán en medio de ella y todas las bestias del campo; también el pelícano y el erizo dormirán en sus dinteles; su voz cantará en las ventanas; habrá desolación en los umbrales, porque su obra de cedro quedará descubierta.