21 Te encargo delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, que nada hagas con parcialidad.
22 No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos; consérvate puro.
23 No bebas agua de aquí en adelante, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.
24 Los pecados de algunos hombres son manifiestos antes que ellos vengan a juicio, pero a otros se les descubren después.
25 Asimismo, las buenas obras son evidentes de antemano; y las que son de otra manera, no pueden esconderse.