11 mientras que los mismos ángeles, que son mayores en fuerza y en poder, no pronuncian juicio de maldición contra ellos delante del Señor.
12 Pero éstos, hablando mal de las cosas que no entienden, como animales irracionales naturales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia corrupción,
13 recibiendo el pago de su injusticia, ya que consideran delicia el gozar de deleites en pleno día. Éstos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros se recrean en sus errores;
14 tienen los ojos llenos de adulterio, y no cesan de pecar; seducen a las almas inconstantes; tienen el corazón ejercitado en la codicia; son hijos de maldición
15 que han dejado el camino recto, y se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el que amó el pago de la maldad.
16 Y fue reprendido por su iniquidad, pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
17 Ésos son fuentes sin agua y brumas empujadas por torbellino de viento, para quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre.