4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, habiéndolos arrojado al infierno, los entregó a cadenas de oscuridad, para ser reservados para el juicio;
5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que protegió a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, al traer el diluvio sobre el mundo de los impíos;
6 y si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza, y poniéndolas de ejemplo a los que habrían de vivir impíamente,
7 y si libró al justo Lot, abrumado por la conducta licenciosa de los malvados
8 (porque este justo, mientras moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa al ver y oír los hechos inicuos de ellos);
9 entonces el Señor sabe librar de la tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;
10 y principalmente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian la autoridad; atrevidos, obstinados, que no temen hablar mal de las potestades superiores,