5 Y cuando él abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: ¡Ven y mira! Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.
6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos medidas de trigo por un denario, y seis medidas de cebada por un denario; pero no dañes el vino ni el aceite.
7 Y cuando él abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: ¡Ven y mira!
8 Y miré, y vi un caballo amarillo; y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía; y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra.
9 Y cuando él abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían.
10 Y clamaban en alta voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, oh Señor, santo y verdadero, tardarás en juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra?
11 Y se le dio a cada uno vestiduras blancas; y se les dijo que reposasen un poco más de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos que también habían de ser muertos como ellos.