3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestras concupiscencias.
4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios.
5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: Él celosamente anhela el espíritu que mora en nosotros?
6 Pero él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad vuestras manos; y vosotros, los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
9 Afligíos, y lamentad y llorad. ¡Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza!