8 Él levanta del polvo al pobre,Y del muladar exalta al menesteroso,Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor.Porque de Jehová son las columnas de la tierra,Y él afirmó sobre ellas el mundo.
9 Él guarda los pies de sus santos,Mas los impíos perecen en tinieblas;Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.
10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios,Y sobre ellos tronará desde los cielos;Jehová juzgará los confines de la tierra,Dará poder a su Rey,Y exaltará el poderío de su Ungido.
11 Y Elcana se volvió a su casa en Ramá; y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí.
12 Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.
13 Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes,
14 y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo.