4 También yo podría hablar como vosotros,Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía;Yo podría hilvanar contra vosotros palabras,Y sobre vosotros mover mi cabeza.
5 Pero yo os alentaría con mis palabras,Y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor.
6 Si hablo, mi dolor no cesa;Y si dejo de hablar, no se aparta de mí.
7 Pero ahora tú me has fatigado;Has asolado toda mi compañía.
8 Tú me has llenado de arrugas; testigo es mi flacura,Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
9 Su furor me despedazó, y me ha sido contrario;Crujió sus dientes contra mí;Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.
10 Abrieron contra mí su boca;Hirieron mis mejillas con afrenta;Contra mí se juntaron todos.