11 Subieron, pues, a Baal-perazim, y allí los derrotó David. Dijo luego David: «Dios abrió una brecha entre mis enemigos por mi mano, como un torrente de agua.» Por esto llamaron el nombre de aquel lugar Baal-perazim.
12 Dejaron allí sus dioses, y David dijo que los quemaran.
13 Volvieron los filisteos a extenderse por el valle,
14 y volvió David a consultar a Dios, y Dios le dijo: «No subas tras ellos, sino rodéalos y atácalos frente a las balsameras.
15 Cuando oigas venir un estruendo por las copas de las balsameras, sal a la batalla, porque Dios saldrá delante de ti y herirá el ejército de los filisteos.»
16 Hizo, pues, David como Dios le mandó, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Gezer.
17 Y la fama de David se divulgó por todas aquellas tierras; y Jehová puso el temor de David sobre todas las naciones.