19 Una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.
20 Ella se levantó a medianoche y quitó a mi hijo de mi lado, mientras yo, tu sierva, estaba durmiendo; lo puso a su lado y colocó al lado mío a su hijo muerto.
21 Cuando me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, encontré que estaba muerto; pero lo observé por la mañana y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.
22 Entonces la otra mujer dijo:—No; mi hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto.—No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive —volvió a decir la otra.Así discutían delante del rey.
23 El rey entonces dijo: «Ésta afirma: “Mi hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto”; la otra dice: “No, el tuyo es el muerto y mi hijo es el que vive.”»
24 Y añadió el rey:—Traedme una espada.Y trajeron al rey una espada.
25 En seguida el rey dijo:—Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra.