30 Oye, pues, la oración de tu siervo y de tu pueblo Israel. Cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos. Escucha y perdona.
31 »Si alguno peca contra su prójimo, le toman juramento haciéndole jurar y llega el juramento ante tu altar en esta casa,
32 tú oirás desde el cielo y actuarás; juzgarás a tus siervos, condenando al impío, haciendo recaer su proceder sobre su cabeza y justificando al justo para darle conforme a su justicia.
33 »Si tu pueblo Israel es derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se vuelve a ti y confiesa tu nombre, si oran, te ruegan y suplican en esta casa,
34 tú oirás en los cielos, perdonarás el pecado de tu pueblo Israel y lo volverás a la tierra que diste a sus padres.
35 »Si el cielo se cierra y no llueve por haber ellos pecado contra ti, y te ruegan en este lugar y confiesan tu nombre; si se vuelven del pecado cuando los aflijas,
36 tú oirás en los cielos, perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, le enseñarás el buen camino por el que deberán andar y enviarás lluvias sobre tu tierra, que diste a tu pueblo como heredad.