7 Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser, rey de Asiria, diciendo: «Yo soy tu siervo y tu hijo. Sube y defiéndeme de manos del rey de Siria y de manos del rey de Israel, que se han levantado contra mí.»
8 Acaz tomó la plata y el oro que había en la casa de Jehová y en los tesoros de la casa real, y envió al rey de Asiria un presente.
9 El rey de Asiria atendió su petición, pues subió contra Damasco y la tomó, se llevó cautivos sus habitantes a Kir y mató a Rezín.
10 Después fue el rey Acaz a encontrarse en Damasco con Tiglat-pileser, rey de Asiria. Cuando el rey Acaz vio el altar que estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el diseño y la descripción del altar, conforme a todos los detalles.
11 Y el sacerdote Urías edificó el altar, de acuerdo con todo lo que el rey Acaz le había enviado de Damasco. Así lo hizo el sacerdote Urías, antes que el rey Acaz regresara de Damasco.
12 Cuando el rey llegó de Damasco y vio el altar, se acercó y ofreció sacrificios en él;
13 encendió su holocausto y su ofrenda, derramó sus libaciones y esparció la sangre de sus sacrificios de paz junto al altar.