32 »”Por tanto, así dice Jehováacerca del rey de Asiria:No entrará en esta ciudad,ni lanzará flechas en ella;ni la enfrentará con escudo,ni levantará contra ella un baluarte.
33 Por el mismo camino que vino, volverá,y no entrará en esta ciudad, dice Jehová.
34 Porque yo ampararé esta ciudadpara salvarla,por amor a mí mismo,y por amor a David, mi siervo.”»
35 Aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. A la hora de levantarse por la mañana, todo era cuerpos de muertos.
36 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a Nínive, donde se quedó.
37 Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer lo hirieron a espada y huyeron a tierra de Ararat. En su lugar reinó Esar-hadón, su hijo.