29 Llamó Absalón a Joab para enviarlo al rey, pero él no quiso venir. Todavía lo llamó una segunda vez, pero tampoco quiso venir.
30 Entonces dijo a sus siervos:—Mirad, el campo de Joab está junto al mío, y tiene allí cebada; id y prendedle fuego.Y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo.
31 Entonces se levantó Joab, vino a casa de Absalón, y le dijo:—¿Por qué han prendido fuego tus siervos a mi campo?
32 Absalón le respondió:—Te he mandado a decir que vinieras acá, con el fin de enviarte al rey para decirle: “¿Para qué vine de Gesur? Mejor me fuera estar aún allá. Ahora deseo ver el rostro del rey; si hay pecado en mí, máteme.”
33 Fue, pues, Joab a ver al rey, y se lo hizo saber. Entonces llamó a Absalón, el cual se presentó ante el rey y se postró rostro en tierra delante de él. Y el rey besó a Absalón.