9 Cuando Moisés entraba en el Tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del Tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés.
10 Cuando el pueblo veía que la columna de nube se detenía a la entrada del Tabernáculo, se levantaba cada uno a la entrada de su tienda y adoraba.
11 Jehová hablaba con Moisés cara a cara, como habla cualquiera con su compañero. Luego Moisés volvía al campamento, pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del Tabernáculo.
12 Dijo Moisés a Jehová:—Mira, tú me dices: “Saca a este pueblo”, pero no me has indicado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: “Yo te he conocido por tu nombre y has hallado también gracia a mis ojos.”
13 Pues bien, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca y halle gracia a tus ojos; y mira que esta gente es tu pueblo.
14 Jehová le dijo:—Mi presencia te acompañará y te daré descanso.
15 Moisés respondió:—Si tu presencia no ha de acompañarnos, no nos saques de aquí.